Antonia Rodríguez: el alma cálida de Zuheros está en “Los Molinos”
Hay lugares que son más que un negocio. Son punto de encuentro, hogar compartido, refugio cotidiano. En Zuheros, ese lugar se llama “Los Molinos”, y su esencia tiene nombre propio: Antonia Rodríguez, una mujer que desde hace más de tres décadas ha hecho de su café-bar mucho más que un establecimiento. Ha hecho comunidad.
“Los Molinos”, el fruto de un sueño familiar
Todo comenzó en 1990, cuando, tras una etapa de desempleo, Antonia vio abrirse una puerta gracias al esfuerzo y sacrificio de su padre, quien trabajó como emigrante en Alemania. Con el apoyo de su madre, más tarde de su marido y amistades, emprendió un sueño: montar un café-bar en su pueblo.
“Los Molinos” no es solo su medio de vida. Es el lugar que la identifica, el espacio desde donde Antonia ha volcado su energía, su generosidad y su vocación de servicio a su comunidad.
Siempre abierto, siempre acogedor
Como ella, el bar está abierto todo el día. Vecinos, turistas, amigos de paso o de siempre… Todos encuentran allí una taza caliente, una mesa amiga y una mano tendida. “Los Molinos” es más que un bar: es una casa compartida, un salón comunitario donde las historias se cruzan y el día a día se hace más amable.
Antonia ha hecho de su bar un lugar donde la soledad no tiene sitio, donde cada gesto cuenta y donde, en los momentos difíciles, se da el paso al frente que solo saben dar quienes tienen un corazón dispuesto.
Unidad, vecindad y fuerza
Antonia es una trabajadora incansable, una mujer que ha superado adversidades sin miedo a pedir ayuda y con una profunda convicción: la vida mejora cuando se vive en comunidad. Su ideal es claro: que “Los Molinos” sea un lugar para dialogar, compartir, tejer vínculos. Un espacio donde la unidad vecinal se vive, no se predica.
La Navidad tiene acento en Los Molinos
Y si hay un momento que resume su espíritu, es la Nochebuena. Cada año, tras la misa del Gallo, los vecinos de Zuheros se reúnen en su bar para “Tocar el carrizo” y cantar hasta la madrugada. “Los Molinos” se convierte en pesebre, en Belén, en ese lugar donde la comunidad se siente más familia que nunca.
Es el único bar abierto esa noche… pero sobre todo, es el único lugar donde el corazón nunca se cierra.
Subbética, tierra de acogida hecha persona
Desde el Grupo Subbética (GDR), historias como la de Antonia demuestran que el emprendimiento rural también se construye con valores, vínculos humanos y compromiso social. Ella no solo ha levantado un negocio: ha sembrado un estilo de vida en común.
Porque hay personas que no necesitan decir mucho para que todo el mundo lo sepa: Antonia es Zuheros, y Zuheros es también ella.
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